Cuando corren mis hijas, me sube la tensión.

Antes de tener hij@s y veía una personita chiquitita  de menos de 7 años correr donde no debía, quizás en un aparcamiento de coches, un supermercado, en un aeropuerto si acaso, no se, pero instintivamente buscaba a sus padres, los niños son niños, pero los padres que somos? Unos correctivos? Estamos en el banquillo y solo vamos a intervenir cuando se nos necesite? O somos simples aficionados?

Ahora mis hijas hacen lo mismo y como podrás imaginar, intento que ese instinto ajeno no me busque, no me eche esa mirada diciéndome, “demuestra que eres un buen padre”, la verdad es que nunca lo consigo.

La libertad de los niños aveces es más rápida que mi preocupación de dar la impresión de ser un buen padre, mi lucha es casi la misma que el resto.

Pero cuidado, honestamente pienso que los niños que no corren lo hacen internamente cuando ven a otros correr, yo lo hacia, pero claro, si yo lo hacía eso no significa que los demás también lo hagan, ¿verdad?.

Estoy pensando en llevar a mis hijas a una pista de atletismo.

Los niños tienen que ser niños, de acuerdo, pero donde? Y los padres tienen que ser padres, de acuerdo, pero donde?

Mi padre me decía, cuando tengas hijos lo entenderás, es complicado.